Para muchos, Villa El Salvador es probablemente
sinónimo de un sinnúmero de
luchas emprendidas por parte de una comunidad
organizada que, desde principios de los
años setenta, hizo de dicho distrito lo que hoy en
día es: un mito y un paradigma de la organización
popular que recrean la idea de “lo que antes
era un arenal se ha convertido hoy en una
gran ciudad en base a la suma de esfuerzos”.
¿Pero sigue siendo legítima esta afirmación
sobre su aparentemente inquebrantable organización
colectiva? Los últimos sucesos acontecidos
en el terreno de la futura Universidad Tecnológica
del Cono Sur (UNTECS) ponen nuevamente
sobre la mesa a Villa El Salvador y su lucha organizada
en base a aquellos viejos intereses colectivos,
entre los que precisamente destaca la creación
de una universidad. También llaman la
atención sobre un proceso de debilitamiento de
dicha organización y de la aparición de nuevos
intereses, más individuales que colectivos.
Los inicios fueron tiempos en los que la extrema
precariedad del entorno y las necesidades
que generaba (vivienda, agua, alcantarillado, electricidad,
educación, transporte, trabajo, salud, etc.)
motivaron una sólida dinámica organizativa vecinal,
que con el apoyo del gobierno del general
Juan Velasco Alvarado y SINAMOS (Sistema
Nacional de Movilización Social), se consolidó
con la creación de la CUAVES (Comunidad Urbana
Autogestionaria de Villa El Salvador), la que
lideró y canalizó dicha dinámica desde 1973 (1).
Luego, con la crisis de finales de los ochenta,
reflejada en la también crisis de los partidos políticos
(de izquierda en su mayoría), la guerra interna
(que generalizó la sensación de miedo en la
comunidad) y la consolidación del neoliberalismo
que antepuso lógicas instrumentales de
clientelismo social, político y económico a los viejos
ideales de solidaridad y reciprocidad, se produjo
un debilitamiento sistemático que condicionó
la paulatina desactivación de las organizaciones
sociales (la CUAVES, la Federación de Mujeres –
FEPOMUVES-, los Comités del Vaso de Leche,
entre otros), haciendo que la participación de la
sociedad civil se alejara y desconectara de las decisiones
políticas.
Esta crisis organizacional se relaciona indefectiblemente
con la identidad de la comunidad
reflejada, por ejemplo, en la poca defensa de terrenos
de propiedad de la comunidad (reservados
para usos institucionales, culturales, cívicos y demás)
que desde 1992 han sido ocupados, sumándose
un área de 249,3 hectáreas (2) en las que se ha
creado una serie de nuevos barrios con organizaciones
fragmentadas y supeditadas a intereses individuales
(en muchos casos, de especuladores y
traficantes de tierras) y, por otro lado, causando
reacciones mínimas o nulas entre la población ya
consolidada. Las únicas áreas que han quedado
libres de estas invasiones, por ahora, son el Parque
Industrial y la Zona Agropecuaria, que en algún
momento fueron también invadidas, pero al
tratarse de propiedades privadas generaron acciones
inmediatas de desalojo.
Sin embargo, la invasión del terreno destinado
para la universidad, ocurrida el 8 de abril, a
diferencia de todas las anteriores, sí ha generado
una efectiva movilización de la población del distrito,
ya que afecta un proyecto común considerado
prioritario que se ve visiblemente amenazado,
pero que de ningún modo se inserta en la
lógica de movimientos sociales en el distrito de
los últimos 15 ó 20 años.
Dicho día, alrededor de un millar de personas
invadieron un terreno que los medios de comunicación
señalaron sin mayor investigación
como “pertenecientes a la Universidad” de ese
distrito. La policía ejecutó hasta tres intentos de
desalojo, sin éxito. Posteriormente, el Poder Judicial
emite una sentencia a favor de los invasores.
Universidad e invasiones
Los antecedentes del proyecto de la universidad
se remontan al momento de la planificación
urbanística de Villa El Salvador, cuando se destinó
un área de poco más de 8 hectáreas en el Tercer
Sector, pero que fue invadido pocos años después
de la fundación del distrito y actualmente conforma
el Grupo Residencial Nº 3 de dicho sector.
Luego, durante las dos primeras convenciones
educativas convocadas por la CUAVES, a finales
de los setenta y principios de los ochenta, el
tema de la universidad se puso en agenda pero
aparentemente no fue tomado con el suficiente
interés ya que en ese momento existían problemas
y necesidades educativas de mayor prioridad.
Fue recién en abril de 1987 cuando la organización
vecinal otorgó varios terrenos de propiedad
comunal para la futura universidad (399
mil 500 metros cuadrados de tierras) entre las
avenidas 200 Millas, Pastor Sevilla y Universitaria,
colindantes con el Parque Zonal Huáscar. Esto
fue formalizado por el segundo gobierno municipal
de Michel Azcueta. Posteriormente, el proyecto
fue politizado desde el Municipio (durante
las gestiones de Azcueta y Martín Pumar, quien
lo sucedió en el cargo).
El conflicto que se generó entre el Municipio
y las organizaciones (la CUAVES principalmente)
produjo finalmente la desidia manifiesta
por ambos actores, acompañada de la pasividad
de la población. Esta situación se reflejó en 1993,
cuando los terrenos cedidos fueron presa de una
serie de invasiones que ocuparon sus tres cuartas
partes (originando el asentamiento humano Oasis,
el más grande del distrito), quedando sólo
una franja de 104 mil metros cuadrados, terreno
que actualmente se halla en disputa, y por el que
también está planificado el paso de una vía de
tránsito distrital (Pastor Sevilla).
Esta dejadez también explica el hecho de que
las invasiones no hayan causado mayores malestares
entre los integrantes de la comunidad. El
terreno, al no haber sido resguardado por
COFOPRI -titular del mismo-, por el Municipio,
ni por la organización vecinal, era un importante
foco de delincuencia y los vecinos circundantes
parecían preferir una invasión como
manera de solucionar este problema, antes que
una universidad que nadie sabía cuándo iba a empezar
su construcción.
Durante los últimos años del gobierno de
Fujimori (2000), momento en que el gobierno
buscaba mecanismos de reconocimiento político,
se pone nuevamente en agenda el tema de la
universidad para Villa El Salvador y el Cono Sur (3),
teniendo la congresista Martha Moyano un
protagonismo particular para generar los espacios
necesarios para su discusión y promoción, además
de Martín Pumar, alcalde distrital en aquellos
años, y Michel Azcueta.
Así, el proceso de institucionalización de la
UNTECS empezó en esos años. A finales del 2005
y comienzos del 2006, el PDI (Plan de Desarrollo
Institucional exigido por la CONAFU (4) y realizado
por una comisión técnica especializada) se
aprueba, ordenándose la transferencia de una partida
de tres millones de soles y la adjudicación de
otro terreno -de 23,679.81 metros cuadradosentre
las avenidas Bolívar y Central, en el Tercer
Sector, para la futura universidad. Curiosamente,
dicho terreno se encuentra a algunos metros
del primer terreno adjudicado y posteriormente
invadido (5).
Fue allí donde se llevó a cabo el acto oficial
en el que el presidente Toledo Manrique hizo entrega
formal del terreno y del presupuesto 2006 a
la UNTECS, el miércoles 15 de marzo pasado,
primer hito importante en los acontecimientos
que desencadenaron la invasión.
En efecto, esta ceremonia de adjudicación
fue el punto de inicio de la coyuntura de la invasión
(coincidentemente electoral (6)), pues se difundió
en diferentes medios de comunicación la
adjudicación de “un nuevo terreno para la
UNTECS”, quedando incierta la situación del
primer terreno, que posteriormente sería invadido.
Ese es precisamente uno de los alegatos de
la defensa de los invasores ante el Juzgado Mixto
de Villa El Salvador, donde COFOPRI, actual
titular del terreno, interpuso una denuncia por
usurpación agravada.
La solicitud de administración presentada por
COFOPRI fue desestimada por dicho juzgado,
ya que era visiblemente ambiguo alegar que existían
dos terrenos distintos para el mismo proyecto.
Otra causal fue el hecho de que COFOPRI
no había ejercido una propiedad real sobre el terreno
en disputa, ya que estaba desocupado, aparentemente
disponible y ni siquiera era propiedad
de la universidad.
A propósito de ello, la Municipalidad promovió
en diciembre de 2005 la campaña “Un ladrillo
para tu universidad”, con la participación
de la Municipalidad de Villa El Salvador, la Comisión
Técnica para la Elaboración del Plan de
Desarrollo Institucional de la Universidad y la
Comisión de Apoyo a la Universidad, así como la
firma de un convenio de cooperación con Cementos
Lima para la construcción del cerco perimétrico,
que no llegó a realizarse.
Como apreciamos, si bien se están generando
una serie de manifestaciones y movimientos sociales
sobre la ocupación del terreno, las estrategias
reales de solución del problema no están correspondiendo
al comité de organización de la
universidad, al municipio, ni a la sociedad civil,
sino a niveles de poder alejados de estas instancias
locales.
La pregunta de fondo sería, ¿cómo promover
un movimiento social alrededor del proceso de
creación de una universidad (7) que desde hace tantos
años está alejado de la sociedad civil beneficiaria?
Si bien las acciones actuales de la comunidad
están inscritas en intereses comunes dignos de ser
señalados, su involucramiento en el proceso (no
sólo el proceso actual de disputa por el terreno
sino todo el proceso de la creación de la universidad,
que se gestó en el corazón mismo de las organizaciones
sociales pero que hoy en día está
absolutamente desconectado de su estructura), se
halla limitada, tanto por las carencias de las organizaciones
sociales actuales, como por la relación
de las mismas con la estructura de poder existente
en el país. |
* Arquitecto - Programa
urbano DESCO.
(articulo publicado en junio 2006 en la revista Costruyendo democrácia - DESCO)
1 - En ese sentido, dos de los acontecimientos más importantes de la
historia de Villa El Salvador están asociados con la lucha por la
educación: la marcha del 23 de Abril de 1976, en la que miles de
dirigentes, padres de familia y maestros se movilizaron hasta Palacio
de Gobierno demandando la solución a sus problemas educativos
logrando el nombramiento de los profesores de secundaria; y la
huelga del SUTEP de 1979, acontecimiento perennizado en la memoria
popular por la inmensa solidaridad de los padres de familia,
dirigentes y alumnos con los maestros.
2 - Esta área es equivalente a 10 veces la del cerro San Cosme.
3 - En palabras del propio ex alcalde Martín Pumar, quedaba claro
que el terreno de la universidad estaba en planes de ser invadido
dentro de la conocida ola de invasiones generadas por el mismo
gobierno fujimorista al final de su segundo mandato, en búsqueda
de legitimación con sectores populares por un lado y ruido político
por el otro. Afirma que esto le sirvió al Gobierno Local como puerta
de entrada para proponer el tema de la universidad buscando
otras formas de legitimación.
4 - Comisión Nacional de Funcionamiento de Universidades, ente
regulador de la Asamblea Nacional de Rectores.
5 - Las intenciones por parte de la UNITECS son ocupar en una
primera etapa el terreno del tercer sector (otorgado por Toledo en
marzo pasado), cuyas obras de construcción están por iniciarse y
tener el terreno en disputa para ser ocupado en una tercera etapa al
segundo o tercer año de operaciones.
6 - Tampoco es tan coincidente, ya que aparte de los intereses electorales
del gobierno, es común que durante procesos electorales
sucedan invasiones ya que la policía se halla ocupada en otros
menesteres.
7 - El único ente que estuvo involucrado en las conversaciones previas
y paralelas a la organización del PDI fue la Mesa Temática de
Educación, la cual fue desactivada por la gestión de Jaime Zea en el
año 2003. Varios de los representantes de dicha organización forman
actualmente la Comisión de Apoyo a la Universidad. |